Entre el grupo de las plantas suculentas hay una en particular que es muy demandada para su cultivo en jardines exteriores y también en macetas individuales por su espectacular apariencia. Nos referimos a la echeveria también conocida como rosa de alabastro o rosa de Jericó. Esta hermosa suculenta es originaria de México y otras zonas de América Central con climas de tipo árido, caracterizados por fuertes cambios de temperatura y radiación solar entre el día y la noche.
La suculenta echeveria pertenece a la familia de las Crasuláceas y se han descrito un buen número de especies. Esta planta se caracteriza por poseer unas hojas carnosas y aplanadas dispuestas en forma de roseta muy compacta, de allí el nombre de rosa que también recibe esta planta. Son del tipo perennes por lo que se mantienen en su esplendor durante todo el año. Además de que la planta en sí parece una flor de rosa, ella florea dando pequeños ramos de flores de diferentes colores que emergen del centro de la planta en un tallo. No sólo el color de las flores puede variar sino también el color de las hojas, encontrándose variedades con hojas verdes, azul pálido, rosadas y matizadas.
Para quien cultiva echeveria es todo un reto mantener dentro de su jardín variedades de esta planta, no sólo porque no requieren de cuidados extremos sino porque darán vistosidad al jardín, mostrando los distintos formas de echeveria que pueden encontrarse. A continuación te presentamos 9 tipos de echeveria que causarán sensación en tu jardín.
Echeveria elegans
Una de las más populares y cultivadas del género es la llamada Echeveria elegans. Sus hojas son bastante carnosas y presenta un color azulado que las distingue. Por la disposición de sus hojas se asemeja a una flor de rosa.
Echeveria pullidonis
Una de las variedades más apreciada por los amantes de las suculentas es la Echeveria pullidonis. Sus hojas son verde claro pero lo que llama la atención de ellas es que la punta de las hojas es de color rojo lo cual las hace espectaculares a la vista.
Echeveria imbricata
Esta especie de echeveria es en realidad un híbrido resultante de cruzar una E. glauca (o secunda) y una E. gibbiflora. Sus hojas pueden ser de color verde, verde azulado o verde rosáceas y son más o menos ovaladas y terminan en una punta que semeja una espina.
Echeveria lilacina
Esta echeveria es una de las más apreciadas para cultivo en maceta porque sus hojas ovadas son muy compactas y forman una gran rosa. Esta suculenta es originaria de México y sus hojas pueden tener una coloración que puede ser gris azulado, verdes rosáceas o verde intenso.
Echeveria glauca
La echeveria glauca es endémica de México y actualmente la especie se denomina como echeveria secunda siendo la denominación glauca el nombre común. Sus hojas son anchas y planas y de color verde azulado.
Echeveria setosa
Con hojas alargadas y menos compactas que otras variedades de echeveria, se caracteriza porque sus hojas carnosas y verdes están cubiertas por pequeñas vellosidades de color blancuzco, por lo cual se dice presenta pubescencia. Por ello algunos la llaman también echeveria pilosa. Es endémica de la zona de Oaxaca y Puebla en México y hay quienes señalan que está en peligro de extinción en su forma silvestre. Hay una variedad de esta planta, echeveria setosa cristata que por la forma en que se disponen sus rosetas, formadas por hojas globosas, y que crecen a partir de un tallo, forman crestas que pueden crear arreglos fascinantes.
Echeveria pulvinata
Esta suculenta presenta hojas de forma oval cubiertas por pelillos diminutos blancos y la punta de las hojas puede presentar una pequeña coloración rojiza. Se diferencia de la Echeveria pilosa en lo sutil de la presencia de estos pelillos.
Echeveria agavoides
Originaria también de México, esta echeveria se identifica por sus hojas de forma triangular muy carnosas y punta de color rojo. Por su forma se asemeja a la planta de agave, de allí su nombre.
Echeveria Brown Sugar
Mención especial merece la Echeveria Brown Sugar. Esta suculenta es el híbrido resultante del cruce entre Echeveria carnicolor y Echeveria atropurpurea y se caracteriza por el gran tamaño de sus hojas, las cuales son alargadas, estrechas y menos compactas que las de las otras variedades de echeveria. El color de las hojas varía dependiendo del grado de luminosidad que reciban pero si reciben luz solar directa tomaran un color marrón rojizo muy apreciado y hermoso.
Cuidados en el cultivo de echeveria
Ubicación y temperatura
El principal factor a tener en cuenta a la hora de cultivar echeveria es mantenerlas en un ambiente con temperaturas adecuadas. Aunque aprecian la luz solar directa, no hay que exponerlas continuamente a ella. La temperatura ideal para que se mantengan con sus colores vivos esta alrededor de los 21 °C, es decir lo ideal es que pueda estar ubicada en lugares con semi sombra.
Esta característica permite que puedas cultivar echeveria sin problema en ambientes de interiores teniendo el cuidado de utilizar macetas que sean más anchas que altas para que las raíces que tienden a ser delgadas se expandan bien.
Riego
En cuanto al riego este debe ser siempre moderado y como regla general debes esperar que se seque la tierra para regar nuevamente. Evita mojar las hojas, no es necesario pues ellas almacenan agua. Como la echeveria tiene como enemigo un exceso de humedad, la tierra o sustrato que uses debe tener una alta proporción de arena para que haya un buen drenaje del agua y no se anegue el suelo.
Poda
Por lo general estas suculentas no requieren de poda, sólo retirar las hojas marchitas.
Abono
Si deseas mantener tus echeverias frondosas y de colores vivos puedes abonar con un producto especial para suculentas en la temporada de primavera. Recuerda que algunas variedades presentan pubescencia en sus hojas y por ello no debes limpiarlas o tocarlas mucho para que no se afecten. Cuando las manipules ten especial cuidado para que las hojas no se rompan, recuerda que parte de la belleza de estas plantas es mantener las rosetas completas.
Plagas y enfermedades
Son plantas muy resistentes a las plagas y enfermedades. Pueden tener caracoles, cochinillas o pulgones pero con una buena tierra es posible mantenerlas alejadas de ellas.